INTRODUCCION A  LA  Ha DE  LA  FILOSOFIA 
ORIGEN DE LA FILOSOFÍA: " EL PASO DEL MITO AL LOGOS"


La filosofía existe desde más de dos mil años. Apareció en Grecia en el siglo VI a.C. Se dice que uno de los 7 sabios de la filosofía griega fue Tales de Mileto es el primer filósofo y padre de la filosofía por haber sido el primero en dar una explicación racional sobre el origen del universo. Platón y Aristóteles dicen que la filosofía su punto de partida es el asombro o la admiración. El cual quiere decir que el asombro es la disposición humana por la cual nos paramos, nos detenemos, frente a las cosas y nos preguntamos ¿por qué las cosas son así y no de otro modo? Para Bergson, el origen de la filosofía está en el amor por poseer la realidad, por sentir comunicación con ella por gozar de su presencia, por volver a la raíces de la vida práctica. Para otros, la filosofía comienza por los problemas que le plantea el mundo e incluso por los problemas que surgen e las respuestas por satisfacer las necesidades vitales del hombre. 
Se cuenta de Tales, que mientras se ocupaba de la bóveda celeste y miraba hacia arriba, cayó en un pozo. A raíz de eso, una ingeniosa y bonita criada de Tracia se burló de él, y dijo que pretendía apasionadamente llegar a conocer las cosas del cielo. mientras se le ocultaba aquello que tenía ante su presencia y sus narices.» Platón agrega al relato de esta historia la frase: «La misma burla se aplica a todos los que se ocupan con la filosofía». De ese modo, ¿tendríamos que caracterizar la pregunta «Qué es una cosa?», como una pregunta de la cual las criadas se ríen Y una criada también debe tener de qué reírse. Sin notarlo, hemos llegado, por la caracterización de la pregunta por la cosa, a una indicación sobre la índole de la filosofía que plantea aquella pregunta. La filosofía es aquel pensar con el cual esencialmente no se puede hacer nada. y del cual las criadas necesariamente se ríen. Esta determinación del concepto de la filosofía no es una mera broma, sino que invita a reflexionar. Hacemos bien en acordarnos, ocasionalmente. de que tal vez en nuestra marcha podemos caer alguna vez en un pozo, en el que tardaremos en encontrar el fondo. M. Heidegger, La pregunta por la cosa", Orbis, Barcelona 1985, p. 12-15. 

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